Ser representante en una constelación

Constelaciones familiares

individuales o grupales

Un representante es una persona que participa de una constelación y, en cierto momento, se pone al servicio de la vida de la persona que constela. De esta forma, el representante entra en sintonía y resonancia con el sistema familiar de esta persona y se transforma en herramienta de sanación de las Fuerzas del Amor.

Cuando la persona representa vive dos niveles de información: el primero, la información emocional del representado, y el segundo, la información profunda. A nivel emocional no hay sanación sistémica, por tanto, la persona se centra más, sin juicio, ni emoción, ni intención, y espera hasta que su cuerpo se mueva independientemente de su voluntad o sus emociones. En ese momento se ha entregado totalmente a la energía de sanación con la responsabilidad de mantenerse muy centrado durante toda la constelación.

La responsabilidad del representante

El representante se entrega al movimiento y las percepciones de su cuerpo, sin emoción y sin intención, totalmente en silencio, en estado de meditación. Siente su cuerpo y se deja mover por él, muy lentamente, para que las energías puedan entrar en acción y mostrar lo que la persona que constela necesita ver, honrar, agradecer. En ocasiones el representante siente que algo lo empuja a dar un paso, mover un brazo o un pie, sentarse o tumbarse en el suelo; en otros momentos, tiene sensaciones que antes no tenía, por ejemplo, calor, picor, sudor, frío, dolor… a partir de ese momento se dejan guiar y fluir con la constelación.

Cuando el constelador/a lo decide, la constelación termina y la persona que ha sido representante vuelve, al instante, a ser ella misma. Y a cambio de la entrega, sin intención ni deseo, al servicio de la vida de otra persona, el campo ofrece también al representante una profunda sanación. Entonces la persona siente que algo distinto nace en su interior: alegría, fuerza, vitalidad.